Políticos ignorantes, decisiones inviables

Desafortunadamente, en la mayoría de los casos los políticos en Colombia representan de fondo las mismas ideas y los mismos intereses de toda la vida. Casi que tienen asegurado su acceso al poder, generalmente gracias a pertener a una estirpe política arraigada y a proponer cambios irrealizables a los incautos votantes, quienes muchas veces pecamos además de desinteresados. Mejor dicho, nuestro status quo es un caldo de cultivo para la situación económica, política y social en la que vivimos.

Increíblemente, hay casos en que los políticos se superan a sí mismos, y en busca de quedar bien con la población y con los grupos de poder, proponen o deciden, desde la total ignorancia, todo tipo de soluciones irrealizables a la variedad de problemas que nos aquejan. Pero aún, a veces se inventan los problemas con sus descabelladas propuestas.

Así fue como la semana pasada, el alcalde electo de Bogotá, demostrando su total desconocimiento en temas gerenciales y de gestión, anunció que fusionaría todas las entidades prestadoras de servicio público del distrito, lo que irremediablemente generó estragos en el mercado accionario local, en el cual tranzan algunas de tales empresas. Esta situación se suma a la propuesta de reabrir el Hospital San Juan de Dios, inviable por los altos costos que implica (similar al de una línea de Metro)

Pero lo de Petro no es único caso que llama la atención. Resulta que, queriendo  homenajear a un líder histórico de su colectividad, el nuevo presidente del Partido Liberal, respaldado por sus corpatidarios, sometieron a votación un proyecto de ley que busca cambiar el nombre del Aeropuerto El Dorado por el de Luis Carlos Galán. Abruma la ignorancia y la ligereza con la que los supuestos ‘padres de la patria’ toman decisiones, sin considerar los áspectos técnicos y fiscales de su propuesta.

Por un lado, El Dorado es el principal aeropuerto de Colombia, y principal puerto de entrada de visitantes al país. El Dorado además representa, a nivel internacional, una leyenda que habla de la riqueza de recursos naturales con las que cuenta nuestro país. Es más, también representa esa capacidad de explicar hechos con leyendas, leyenda que le ha dado la vuelta al mundo.

Por el otro, cambiar el nombre a un aeropuerto de tal importancia (principal aeropuerto de carga de Latinoamerica y tercero de pasajeros) implica altos costos de señalética, propaganda a nivel regional, nacional e internacional, cambio en las cartas de navegación y hasta posiblemente cambiar el código IATA/ICAO.

Abogo por que el proyecto de ley del señor Gaviria no pase en el Congreso, y que los ciudadanos sepamos aprovechar el beneficio de una democracia que nos permite decidir quién nos representa y quién toma nuestras decisiones. Beneficio que por el momento pareciera no hemos sabido aprovechar.

 

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