20/09/2011: Los políticos colombianos: No se hace un caldo…
Hoy buena parte del interés de la opinión pública nacional estuvo centrado en la audiencia en contra del destituido alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, por el llamado ‘carrusel de la contratación’, que involucró a diversos políticos de la esfera distrital y nacional, como su hermano Ivan, aparentemente más crapula que él.
Por su parte, entre el Jueves pasado y hoy, el presidente del Congreso, senador Juan Manuel Corzo, ha dado todo un manual de cínismo y descaro al auto otorgarse un subsidio para poder pagar la gasolina de los vehículos oficiales en los que se transporta, a pesar de ganar más de 16 millones de pesos mensuales; dando a entender, además, que si no hubieran aprobado su proyecto habría robado dinero del Estado para satisfacer su deseo.
Para completar, me puse a leer la Revista Semana y me encontré con la historia del senador Juan Carlos Martínez (del que sinceramente no sabía nada), quien aunque está en la cárcel sigue manejando buena parte de la política en Colombia, a pesar de ser un tipo implicado en escándalos de corrupción, narcotráfico, entre otros. Mejor dicho, el tipo es más escoria que Samuel, Corzo, Piedad y Cano juntos…
Y entonces me pregunto: No son ellos los supuestos representantes del pueblo? No son los encargados de guíar a un país y de dictar las normas que nos regirán a todos? Teniendo en cuenta que trabajan en cargos públicos y su sueldo (y lo que se roban) proviene de los impuestos, no somos nosotros, los colombianos, sus patronos? No deberían trabajar para nosotros como sociedad y no a pesar de nosotros?
De qué nos sirve ser un país supuestamente democrático? Para seguir escogiendo a este tipo de escorias? Para en cada votación dejar que los mismos sigan robando y darle la oportunidad a nuevos a que lo hagan?
Es muy triste esto. Pueden estar en la cárcel pero siguen haciendo de las suyas, y nadie puede hacer nada. Son los encargados de diseñar las normas que regirán a la sociedad y de frente advierten que van a robar. Para dónde vamos? Qué esperanzas tenemos acerca del futuro de nuestro país? Personalmente cada vez creo menos en nuestras instituciones, creo menos en todo esto… Y no hay nada más triste que eso